La Sala de Psicomotricidad está dispuesta para que, en ella, puedan suceder de manera segura, todo tipo de actividades lúdicas y espontáneas. En los juegos espontáneos, los niños ponen en marcha las estrechas relaciones que existen entre su cuerpo, sus sensaciones, su tonicidad, sus emociones y sus pensamientos conscientes e inconscientes.
Al encontrarse con un espacio lúdico, con un adulto disponible (psicomotricista) y que se ajusta a sus necesidades y capacidades, acogiéndolas o conteniéndolas, los niños se abren al desarrollo de sus potencialidades y les permite acceder a la canalización de sus inquietudes, de sus miedos o limitaciones, de sus bloqueos, de sus deseos o sentimientos…, encontrando un espacio en el que poder organizarse de manera activa en su propia maduración física y cognitiva, pero también en la emocional. En las sesiones de Ayuda Psicomotriz los niños pueden mostrarse tal y como son y no como se espera que sean.
A través del juego y del movimiento, ayudo a que los niños puedan tener el mayor número de vivencias positivas de sí mismos, ayudándoles en la transición que va del placer de actuar al placer de existir.
El marco de trabajo incluye al niño, pero también a los padres o a sus familias a través de reuniones donde hablar de todo lo que os pueda interesar o preocupar.